viernes, diciembre 15, 2006

Agradecimientos

Agradecemos a todos todos los que nos han leído durante este tiempo, familiares, amigos, desconocidos y viajeros. Agradecemos también las muestras de interés que hemos recibido por parte de Viajeros.com, Unión de Bloggers Hispanos y Blogalaxia. Invitamos a todo el mundo que quiera emprender su viaje a contactar con nosotros si necesita alguna ayuda o información, estaremos encantados de proporcionarla.
Agradecimiento especial a la Posada la Querencia de barreal (San Juan) por aquellos días inolvidales junto Adela y carlos, días en los que nos sentimos en la cima del mundo, siempre os recordaremos.
Y para terminar os informamos que hemos añadido algunos videos en las secciones de Iguazú, Tierra del Fuego, Canales Patagónicos y Bariloche, para quien quiera disfrutarlos.

viernes, diciembre 08, 2006

Buenos Aires - Tigre


El bucle ya está cerrado, estamos de vuelta a Buenos Aires y volamos mañana a Madrid. Hoy es festivo y la ciudad se ha vaciado, no luce mucho Buenos Aires en puente, quizás más inhóspita, más dejada. Esta mañana hemos cogido un tren de cercanías hacia Tigre, una ciudad a 25 kms de la capital, a orillas del delta del Paraná. Es un lugar muy concurrido los fines de semana, hay un parque de atracciones, campings y lujosas villas, en las decenas de islas que conforman el delta, que contrastan con las barriadas pobres de los alrededores.
Para pasar el tiempo, nos estamos dedicando a descubrir algún que otro buen restaurante de la ciudad, es de lo mejor que se puede hacer aquí.
Aquí acaba este blog y nuestro intenso viaje, ¡hasta el próximo!

miércoles, diciembre 06, 2006

Ischigualasto - Talampaya





Desde San Agustín del Valle Fértil, a cuatro horas al norte de San Juan, apuramos las últimas horas antes de regresar a Buenos Aires ya que tenemos el vuelo de vuelta a Madrid el sábado al mediodía.
El Valle Fértil es el very far far west, una sierra verde, en medio de un desierto inhóspito, donde las carreteras en línea recta se píerden en el infinito y cruzan "pueblos" de cuatro casas azotadas por un fuerte viento caliente. Una nube húmeda y bochornosa se queda siempre atrapada sobre el valle, de ahí viene su peculiar sobrenombre.
Antes de llegar a San Agustín, nos habíamos puesto en contacto con una agencia local (recomendada por la oficina de turismo) para poder visitar Ischigualasto y un señor nos dijo que nos esperaría con un cartel a la llegada del autobús y así fue. Un viejecito delgado eperaba en el andén, con gestos nerviosos y una pinta de pocos amigos. Nos informó de los precios, nos llevó a una pensión y se plantó a la puerta de la habitación pidiéndonos que le confirmaramos cuándo queríamos hacer la visita. Por detrás la dueña del hostal cuchicheaba adviertiéndonos que no aceptaramos nada, que nos iba a cobrar demasiado... Estabamos exhaustos y menuda llegada. Resulta que dando una vuelta por el pueblo, nos asaltaron dos rubias para explicarnos que hicieramos caso del viejecito, que era un loco que descolgaba el teléfono en la agencia y que intentaba robarles los clientes. Al final, supimos que el viejito era el padre de ellas, que intentaba robarles los clientes. ¡Un cuadro!
Al final, fueron muy amables y más serias de lo que parecían y los únicos de San Agustín en proponer visitas a los parques (Ischigualato y Talampaya).
(Para el visitante, la agencia se llama Viajes Patricio y no hay que hacer caso cuando responda un señor con voz sospechosa)



Ischigualasto es conocido como el Valle de la Luna, por su paisaje árido, de formaciones rocosas de colores grises amarillos y rojos. Es un parque provincial declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO junto con el vecino Parque Nacional de Talampaya en la provincia de La Rioja. Es el único lugar en el mundo donde se encuentran restos fósiles y geológicos de los tres periodos del Mesozóico (Triásico, Jurásico y Cretáceo, esta era intermedia duró unos 160 millones de años, hace ya 250 millones de años, fue el momento de la aparicíon de los Dinosaurios, cuando aún los continentes estaban unidos, en lo que se venido a llamar Pangea.)En este primer parque hay una buena muestra de los restos arqueólogicos que se llevan a cabo en un entorno fabuloso, inmenso y con paisajes increíbles. El Parque de Talampaya es una enorme quebrada rojiza que afloró a la superficie de la tierra cuando se levantó la Cordillera de los Andes, hace 65 millones de años formando un cañón de paredes verticales esculpidas por la terrible energía telúrica de aquellos tiempos dando lugar a uno de los paisajes más hermosos de toda Argentina. A lo largo del recorrido, se pueden observar petroglifos indígenas de distintas culturas que habitaron esta zona (dede 2500 años atrás hasta la llegada de los españoles). En uno de los dibujos rupestres, se distinguen unos signos antropomórfos que podrían recordar a unos astronáutas. Desde el Valle Fértil, resulta bastante fácil llegar a aquellos parajes y se pueden visitar en un día apasionante. Son lugares que gozan de una protección excepcional y se visitan en convoyes esctrictos y regulados.
Mañana nos espera Buenos Aires donde pudimos reservar in-extremis un hotel a través de internet, ya que todos los hoteles, pensiones, hostels estaban completos por coincidir con el puente del ocho de diciembre.


lunes, diciembre 04, 2006

Barreal (Valle de Calingasta)





Barreal es un lugar apartado, en el extremo de una carretera complicada que pasa por barrancos, ríos y pueblos mineros, y sólo se llega tras cinco horas de precario autobús desde la capital de la provincia. Sólo hay una salida diaria al atardecer y pudimos contemplar un preludio de lo que nos esperaba, una puesta de sol espectacular sobre el desierto y la luna casí llena iluminando la nieves de las altas montañas en el horizonte.
Nos esperaba Carlos, de la Posada la Querencia donde dormimos por fin una noche entera asustados por el perfecto silencio que envolvía el Valle de Calingasta. Nos despertamos tras un sueño reparador, desde la ventana descubrimos el increíble decorado que nos iba a acompañar durante los tres días que hemos pasado allí : los Andes centrales con picos de más de 6000 metros, nevados, debajo de un cielo azul intenso y limpio. Adela nos tenía preparado un rico desayuno con deliciosas pastelerías caseras, mermeladas suculentas y un zumo de naranja recién exprimido, una maravilla. La Posada La Querencia es uno de esos lugares que sólo salen en la revistas. Allí todo son cuidados, camas inmensas, sábanas del mejor algodón, vigas de madera, grandes ventanales con vistas de película y unos dueños que te acojen con la mayor de la simpatías y que se desviven para que estés a gusto, sin nunca ser pesados, con conversación y gusto, en fín es un lugar que recordaremos con especial cariño y que recomendamos encarecidamente.Barreal es un oasis, una mancha verde entre los Andes y el desierto de la Precordillera. Allí no llueve nunca, reciben las primera aguas que descienden de las montañas y gracias a un ingenioso sistema de irrigación y acequias heredadas de los Incas, crecen álamos, sauces llorones, cultivos de hortalizas, pastizales, en una franja estrecha que se alarga varios kilómetros. Es un pueblo muy tranquilo, apacible con una gente que vive ajena al estress de la vida moderna. No hay internet, hay pocos coches, los niños van al cole en bicicleta, nunca cierran las puertas con llave, lugar idóneo para un retiro.
Cada tarde, en esta época del año, llegan unas nubes altas que se iluminan con los rayos de un sol que ya se ha escondido tras las montañas y se van tornando de colores fluorescentes, amarillos,rojos, fucsias,naranjas adoptando formas excéntricas y caprichosas.
Hicimos un par de buenos paseos, uno con el Sr Kümmel, un andinista retirado que nos llevó hasta "Los Hornillos", un refugio verde al final de un cañón donde se divisa perfectamente el Cerro Aconcagua, la montaña más alta de América, un monstruo de roca y nieves eternas . Tras un buen paseo por el río de los Patos totalmente sólos, el Sr Kümmel nos esperaba con una parrillada suculenta con una ingente cantidad de carne regada por un buen vino sanjuanino (la mejor parrillada que hemos probado, y van unas cuantas)
También salimos a cabalgar por unos riscos colorados al otro lado del valle donde se pueden ver unos petroglifos que los incas dejaron en el camino que recorría de norte a sur toda la cordillera y que servía de vía de comunicación e intercambio entre las distintas culturas precolombinas. Todavía existe el trazado de este sendero utilizado durante generaciones : "El caminito del Inca".
Tras unos días de paz y tranquilidad en los que el tiempo parecía haberse detenido, emprendimos la marcha hoy, muy de madrugada, a las cuatro de la mañana sale diariamente el único transporte para San Juan. Adela nos tenía preparado un buen café y unos sandwiches para el camino deseándonos "suerte".
Ahora nos vamos a San Agustín del Valle Fértil para visitar el parque de Ischigualasto, el "Valle de la Luna" aprovechando que hoy es luna llena, un momento perfecto para realizar un paseo nocturno por las extrañas formaciones rocosas.


jueves, noviembre 30, 2006

San Juan



Aprovechamos un alto en el camino para colgar un par de fotos. Llevamos más de vienticuatro horas viajando, rumbo norte. Paramos en Neuquén, una rica ciudad sin ningún interés, para seguir hacia Mendoza, capital de los vinos y de allí hasta San Juan, provincia donde vamos a estar estos días. Aún nos quedan cinco horas hasta llegar a Barreal. Recorrer Argentina requiere tiempo, aguante y paciencia. Son viajes larguísimos y agotadores. Entre cada ciudad no hay prácticamente nada, pampas, desiertos, montañas, carreteras con kilómetros y kilómetros sin nada, ni siquiera coches.
Las estaciones de autobuses parecen aeropuertos con decenas de conexiones, salas de espera, un sinfín de taquillas y compañías y sus consiguientes categorías : semi-cama, cama, super-cama o first class, depende del destino y de las horas de viaje. Desde Neuquén a Mendoza, no teníamos muchas opciones, sólo había semi-cama o cama. Optamos por cama, por supuesto, con una compañía que nos ha bombardeado toda la noche con películas de guerra ultra-violentas, Rambo III, Lágrimas del Sol, y otra que vimos entre incómodos sueños, el volumen estaba a tope y la pantalla en nuestras narices, para colmo estábamos en frente de la cabina del baño; el vaivén de los pasajeros y un apestoso olor cada vez que se abría la puerta... Esperábamos ansiosos que nos sirvieran la cena (más o menos al finalizar Rambo III), pero cuál fue nuestra decepción al abrir la bandejita de aluminio, nos vino encima un olor a vómito y comida revenida que no probamos. Menos mal que nos dieron vino y un whisky para quedarnos fritos .
Ahora estamos en San Juan, esperando al siguiente bus esta tarde, deben de hacer unos 35° a la sombra, es una ciudad bastante agradable, con muchos árboles y plazas, paseos con un cierto toque a España en agosto. Nos vamos para Barreal, una aldea frente a la Cordillera de los Andes donde estaremos tres días enteros allí en una posada que tiene piscina para disfrutar de los alrededores, del paisaje y de las noches estrelladas (en esta zona hay un observatorio astronómico de los más importantes de América porque hay un cielo muy claro unos 270 días al año). Hemos venido a esta zona del país por estar "más o menos" en la ruta de vuelta a Buenos Aires, no teníamos previsto llegar hasta aquí, llevamos unos días improvisando nuestro camino, discutiendo entre nosotros cuál será nuestro destino, mareando la lonely planet que no nos está siendo de gran ayuda esta vez...y llamando a teléfonos de guías, oficinas de turismo...y gracias a Dios siempre está internet que no falla!. La verdad es que estamos contentos de cómo está saliendo, quizás hayamos dejado de lado algunos puntos claves de las rutas clásicas, pero el dejar los circuitos tradicionales y las colas de turistas tiene su recompensa.

martes, noviembre 28, 2006

Bariloche (Argentina)

Bariloche se encuentra en un enclave privilegiado, en medio de una región boscosa, en la región de Los Lagos. Es una ciudad muy famosa como estación de esquí, la más importante y concurrida de toda sudamérica. En primavera, ahora, todo está muy verde, hay millones de flores, queda algo de nieve en las cimas más altas y los lagos lucen un azul intenso. Es un paisaje espectácular, de cuento, podría recordar a la Suiza imaginaria de las tabletas de chocolate, a los lagos del norte de Italia...
Para hacer etapa, la verdad es que es merece la pena, los panoramas son muy sugestivos, pero... encontramos esta zona un tanto artificial. Aquí gustan mucho de recrear la atmósfera alpina, con fondues de quesos, chalets de maderita impólutos y barnizados, perros San Bernardo con su tonelito al cuello para hacerse una foto a cambio de unas monedas... y pasear a orillas de los lagos es prácticamente imposible, las playas son propiedades privadas con resorts de lujo y campos de golf etc. Aún así hay recorridos y senderos que hacer, y subir al Cerro Campanario ( en telesilla) ofrece unas vistas únicas. San carlos de Bariloche tiene lo que pueda tener un centro de vacaciones en Europa, así que no nos emociona tanto como otros lugares y nos hemos dedicado a descansar y tomar el tiempo de beber unas buenas cervezas tranquilamente, nos ha venido muy bien ya que mañana nos espera casi veinticuatro horas de viaje para llegar a la provincia de San Juan, cerca de Mendoza, a un pueblecito que se llama Barreal (en tu honor, Patricia) que tiene muy buena pinta y se encuentra en una zona mucho más seca frente a los picos más altos de la Cordillera de los Andes.



lunes, noviembre 27, 2006

Canales Patagónicos (Chile)







Embarcamos tal y como teníamos previsto jueves pasado a bordo del buque "Magallanes" en Puerto Natales para una travesía de tres días y cuatro noches recorriendo los solitarios canales patagónicos, en el extremo sur de Chile. El barco une la región de Magallanes con la de Los Lagos, separados por un enjambre de islas, islotes, cabos, peñones, montañas y canales marítimos donde no vive absolutamente nadie, salvo en la pequeña población de Puerto Edén donde hicimos una parada de una hora al segundo día de navegación. El barco es el único abastecimiento con el exterior de este puñado de casas de pescadores, militares y los últimos indígenas Kawesqar. La población de Puerto Edén alcanza a las 300 personas y en ellas se encuentran 5 familias descendientes de la etnia kawaskar, que habitó el extremo sur del Golfo de Penas. Hace frío todo el año, llueve con frecuencia y el tiempo es muy cambiante. Esta comunidad indígena, cuando aún era nómada, necesitaba pocos y simples materiales para vivir: una canoa, una choza liviana de base ovalada, cubierta de pieles, cortezas y follajes, de rápido montaje y desmontaje, y utensilios de pesca, caza y recolección de alimentos. Su vivienda era un toldo desmontable cubierto con cueros de lobo marino. La visión que tuvieron los españoles de los kawésqar puede entenderse en las palabras de Ladrillero: «La gente de esta bahía es bien dispuesta y de buen arte. Tienen barbas los hombres, no muy largas. Sus vestiduras son unos pellejos de lobos marinos. No tienen asiento en ninguna parte. Andan en canoa de cáscaras de árboles y de unas partes en otras. Comen marisco y carne cruda de lobos marinos, peces y animales...»



Los canales patagónicos son totalmente hostiles para los asentamientos humanos, son en cambio una reserva faunística de increíble valor.Es frecuente avistar delfines magallánicos, bandas de leopardos marinos, nutrías, ballenas que saltan de improvisto y el elegante vuelo de los albatros nómadas que bailan en círculo, solitarios, sobre el espeso mar oscuro. El albatros, compañero de travesía del "Magallanes" sobrevuela el buque, como atraido por nuestras voces antes de seguir lejos y perderse en el horizonte. Para quien viaja mirando los mapamundi, los canales patagónicos del sur de Chile son un misterio, en el extremo del continente se dibujan miles de islas que parecen formar otro continente, allí nos hemos perdido unos días. Siempre en cubierta, tapados hasta las orejas, ansiosos por captar los movimientos de algún animal marino, seguiamos una costa dentelada, caprichosa, a veces altísima, otras veces plana, de tierras nunca pisadas y vegetación verdioscura.
No es un crucero al uso, viajamos con camiones cisterna, caballos, vacas. En la parte de arriba se encuentran las cabinas, con todo el confort, y buenas duchas calientes, un salón restaurante con un sólo menú y un bar. Te proyectan documentales sobre fauna y geografía, buenas pelis, hay charlas explicativas. Hay que seguir un horario estricto para las comidas, pero aparte de esto, tienes libre acceso a todo el barco, a todas la cubiertas y hasta puedes ir a calentarte en la cabina del comandante. Es un crucero de mochileros, de gente aguerrida y curtida en viajes. Se viene a lo que se viene, cruzar un paraje imposible de ver de otra manera, sólo con este barco. La compañía tiene un detalle maravilloso con los pasajeros, se desvían de su ruta para adentrarse en los canales que bordean el Campo de Hielo Sur, único recuerdo fuera de los polos de la última glaciación. Se trata de un campo de hielo de más de mil metros de altitud (o profundidad) que se asienta sobre un maciso central de los Andes. Del Campo Sur (350 kms de largo por 70 de ancho), auténtico desierto de nieve y hielo se vierten los glaciares de la Patagonia en lagunas y lagos. Nos llevaron al final de un fiordo, al pie de las montañas que contienen el hielo, y allí, cual un río de lava blanco, el galciar Amalia vierte en las aguas marinas su gigantesca masa de hielos milenarios. Un viento frío congela los alrededores, el sol ilumina sus transparencias azules, es un espectáculo vibrante.
Al final de viaje, en aguas del oceánico pacífico, aparecieron los conos nevados de los volcanes de la costa chilena, la temperatura se suavizó, nos alejábamos del extremo sur, caía la noche austral sobre el horizonte de nuevo despejado, por fin vimos la Cruz del Sur.
Llegamos a Puerto Montt, de verdes praderas y cruzamos los Andes en un autobus hacia Bariloche en Argentina. A orillas del lago Nahuel Huapi, hay flores, la gente se pasea ligera, es primavera, dejamos atrás las nubes grises del pacífico sur y el sinuoso vuelo de los albatros.










jueves, noviembre 23, 2006

Parque Nacional Torres del Paine - Puerto Natales (Chile)





En Puerto Natales el sol no termina nunca de ponerse, los atardeceres son lentos , las noches cortas y amanece tempranísimo. Ayer nos depertó un sol brillante y nos fuimos a primera hora hacia el Parque Nacional de las Torres del Paine. Es un macizo de montañas jóvenes de formas exuberantes y picos afilados rodeado por lagos y glaciares. Muy aislado, protegido y totalmente natural, ofrece unos paisajes grandiosos y vírgenes. Al no estar equipados para acampar y recorrerlo en su totalidad llevaría varios días de caminatas, optamos visitarlo en un sólo día con un guía y una furgoneta desde Puerto Natales, es una excursión larga y cansada pero lo que se ve es objetivamente hermoso. Para quien no tenga mucho tiempo es una solución válida. Allí el clima es muy cambiante, hay viento, nubes, lluvia, claros pero en esta época del año ya no hace tanto frío y se puede recorrer con cierta facilidad. No hay posibilidad de alojarse en el parque salvo en refugios o alguno de los hoteles del parque(carísimos y exclusivamente para privilegiados)
Las cumbres se elevan a la vertical, los lagos se comunican con cascadas, hay zorros, ñandues (avestruz americana), guanacos (llamas), el viento rompe el silencio con rachas súbitas, el glaciar Grey siembra de icebergs azules un lago blanquecino; es un paisaje épico, casi imposible.
En la Patagonia Chilena hemos encontrado lo que veníamos echando de menos en la parte argentina : es algo más auténtico, no está todo tan enfocado al turismo, es más rústico. También cabe resaltar que es bastante más caro, los precios son similares a los de España. Es más arduo moverse y conseguir llegar a los sitios, pero mucho más gratificante para el espíritu viajero que nos anima. La delgada línea que separa ambas patagonias es subjetiva; Argentina es más europea, femenina, Chile más amerindio, masculino.
Volvemos a repetir, que la gente de Puerto Natales es extremadamente amable. Siempre recordaremos a la Señora Alicia de nuestro hospedaje, y a las sonrientes y atentas camareras de la casa de comida "De Coleto", en la calle Bulnes (comidas caseras, a muy buen precio) Hoy nos nos marchamos no pudiendo dejar de sentir una cierta nostalgia por dejar este lugar que nos ha enamorado.



1.- Puerto Montt
2.- Castro
3.- Chaitén
4.- Puerto Chacabuco
5.- Coyhaique
6.- Laguna San Rafael
7.- Cochrane
8.- Puerto Edén
9.- Puerto Natales
10.- Punta Arenas


Esta noche nos embarcamos en el ferry "Magallanes" rumbo a Puerto Montt, mucho más al norte. Será una travesía de cuatro días por los fiordos patagónicos chilenos (véanse el mapa adjunto y el link de la compañía marítima Navimag) en los que no podremos llamar por teléfono ni conectarnos a internet.
Ps: Hospedaje Alicia. C/ Manuel Rodríguez 283 . Tel : (61) 412405. Puerto Natales. Pedir las habitaciones con vistas al fiordo. Precio /persona con desayuno : 6000 $ (9 €).






martes, noviembre 21, 2006

Magallanes (Chile)

Estrecho de Magallanes

Ayer, cuando Ushuaia aún dormía, tomamos un autobús hacia la ciudad de Punta Arenas en Chile. Sería un viaje de doce horas atravesando toda Tierra del Fuego, dejando atrás las cumbres nevadas del Beagle, por unas planicies desoladas, tundras vacías y bajo nubes veloces. Un viento seco y frío asolaba el camino con rachas violentas. Ovejas, ovejas y más ovejas y algún gaucho a caballo llevando un rebaño de bueyes en las solitarias estancias que de cuando en cuando aparecen a lo lejos. Bordeamos el océano atlántico de aguas turbias y aparentemente en calma hasta llegar a la frontera. Los puestos argentinos y chilenos están separados por unos dos kilómetros, dándose la espalda.
Al cabo de unas horas, hipnotizados por la monotonía de un paisaje que daba la impresión de no avanzar nunca, llegamos al fin del camino. La isla terminaba frente a las aguas celestes del Estrecho de Magallanes, el mítico canal entre Atlántico y Pacífico. Un ferry surgido del horizonte avanzaba hacia el final de esta carretera, un extraño puerto sin pueblo entre campos minados. Nos montamos emocionados, cruzar este estrecho por el que han pasados navegantes, descubridores y piratas, es un placer de sagitarios, un momento en el que uno se siente hacer parte de la misma Geografía. Unos delfines blancos y negros nos saludaron entre acrobacias acuáticas. En apenas veinte minutos desembarcamos en la otra orilla, el extremo sur del continente americano.
Punta Arenas, capital de la Patagonia y la región antártica chilena, es una ciudad gris, casi militar, sin mucho encanto y tras doce horas de viaje, quedamos horrorizados. Teníamos previstos quedarnos unos días allí pero cambiamos rápidamente de planes. Nos metimos en una pensión espartana y nos fuimos corriendo hacia una estación de autobuses reservando para el día siguiente, hoy, un billete para Puerto Natales.
El viaje entre Punta Arenas y Puerto Natales es corto para las dimensiones de esta región, se hace en apenas tres horas. Puerto Natales está a orillas del fiordo Última Esperanza, nombre evocador para unos viajeros cansados. En un entorno límite y esperanzador, esta hermosa ciudad del comienzo de la Tierra nos ha encantado. Nubes, viento, casas de colores, calles rectas, gente muy gentil y hospitalaria, en poco espacio se mezcla modernidad y tradición, decidimos quedarnos. Hemos encontrado alojamiento en la casa de una señora mayor llamada Alicia, con vistas al fiordo, es una típica de metal y madera con su estufa y buenos edredones.
Esta parte de Chile sólo está comunicada por carretera con el resto del país a través de Argentina. Los habitantes de la región XII (Magallanes) tiene que cruzar dos veces la frontera para enlazarse con Santiago. La otra opción es en barco de mercancía que hace las veces de crucero, que una vez a la semana y en cuatro días y tres noches va a Puerto Montt recorriendo los fiordos, el campo de hielo y las decenas de miles de islas de la costa pacífica. Aceptan pasajeros, hay unos camarotes que parecen confortables, y dicen que es uno de los viajes más bonitos que se puede hacer en Patagonia. Ya tenemos billetes para el jueves... Cuesta trescientos euros en camarote compartido y pensión completa, charlas sobre geología, fauna y flora, documentales... En fin, un pequeño lujo que nos acabamos de regalar. Mañana, vamos a las Torres del Paine, un macizo montañoso enmarcado en parque nacional que era el principal objetivo de nuestra estancia en Chile.
Fiordo Última Esperanza (Puerto Natales)

domingo, noviembre 19, 2006

Tierra del Fuego




Ushuaia en lengua Yámana significa "la bahía que mira al poniente", situada en el extremo sur de la isla de Tierra del Fuego, es un puerto que tiene algo más de cien años, fundado por pioneros que colonizaron esta última frontera hacia el Cabo de Hornos y el continente blanco. Rodeada por bosques y montañas nevadas, es un pueblo donde se concentran negocios, comercios y un buen número de hoteles, restaurantes y agencias. Tiene una arquitectura muy típica, casitas de colores, tejados metálicos a dos aguas y es la única base posible para explorar la región.
Después de un día de descanso, nos despertamos ayer con un día mucho más suave, las nubes eran altas y unos claros iluminaron la bahía. Las aguas metálicas, de mercurio, las cordilleras blancas envueltas en nubarrones, las vegetación densa y oscura salpicada de florecitas amarillas nos recoradaron que aquí también es la primavera , todo un cóctel cromático que nos transportó exacatamente donde estamos, al fin del mundo.
Subimos desde Ushuaia en taxi hasta la base del monte Martial donde nos adentramos caminando y subiendo en un valle hacia los restos de un glaciar. Respiramos un aire puro y vivificante contemplando desde lo alto toda la bahía y el canal Beagle. La línea de la vegetación es muy baja, no más de cuatrocientos metros de altitud y a partir de este punto una rocas negras se elevan en picos muy abruptos con lenguas de nieve. Protegidos por anoraks, gafas, bufandas y guantes, subimos hasta que se acabó el sendero, caminamos sobre la nieve hasta el circo donde desciende el glaciar. Es época de deshileo y se forman arroyos de aguas vivas. La nubes van y vienen, es precioso. Nos dio un buen subidón, nos sentimos energéticos y lejos, cada vez más lejos...
Volvimos al puerto para embarcarnos en un catamarán y navegar a lo largo del canal Beagle. Se trata de un brazo de mar que comunica el océano Pacífico con el Atlántico, aún más al sur que el estrecho de Magallanes. Separa las costas de Tierra de Fuego con la Isla Navarino perteneciente a Chile. Grandes claros nos acompañaron toda la travesía. Al este se divisan la cumbres de la península Darwin, la Isla Hoste, unas tierras deshabitas y vírgenes.
Arribamos primero a la Isla de Lobos, un islote donde conviven los cormoranes y una colonia de lobos marinos, unos grandes mamíferos parecidas a grandes focas, que dormían y bostezaban plácidamente en familia. El faro blanco y rojo de los Éclaireurs, custodia el Beagle sobre una roca, confundido a menudo con el Faro del Fin del Mundo que se encuentra mucho más lejos. En la costa argentina se pueden observar unos grupos de casas muy aislados, llamados estancias, donde familias de pescadores de centolla, mejillones y pastores de ovejas viven todo el año.
Mucho más adelante pasamos delante del auténtico pueblo más austral del mundo, Puerto Williams, en Chile, una base militar y de pescadores donde aún hay una reserva de mestizos Yámanas, en este lejano lúgar vive la última Yámana, una señora de más de ochenta años, testigo viviente de los primeros pobladores de Tierra de Fuego.
Tierra de Fuego toma su nombre porque los primeros navegante que se aventuraron tan al sur del continente americano observaron las grandes hogueras de los indígenas a lo largos de la costa. Vivían desnudos, recubiertos de grasa de foca para luchar contra la húmeda y el frío. Eran nómadas y recorrían los canales en baracazas de corteza. Aunque Darwin los consideró como seres inferiores, desarrolaron una cultura y una mitología sorprendente. Nos quedamos muy impactados al pasar delante de la Isla Gable, el guía nos contó que fue la tierra flotante donde se refugiaron los humanos y los animales tras un diluvio universal según las creencias de aquellos indios. Es un mito semejante al episodio bíblico del Arca de Noé. ¿Cómo es posible tanta correspondencia entre dos culturas separadas por el tiempo y los océanos?
Finalmente llegamos a una pequeña isla en la que habitan una colonia de pinguinos magallanicos porque están a salvo de sus depredadores marinos, como las orcas y los leopardos de mar que no se aventuran mucho por esta zona. Ahora es época de incubación y las parejas, fieles toda la vida, se turnan para dar calor a los huevos y protegerlos del ataque de un ave rapaz que sobrevuela constantemente la isla esperando el descuido de uno de los padres para darse un festín. Los jóvenes del año anterior que aún no pueden aparearse pueblan la playa. Es muy emocionante poder observarlos tan de cerca. Existe otra especie que ha llegado hace unos diez años desde la antartida, los pinguinos papúa, más grandes, con patas naranjas que se ha apropiado de una porción de tierra. Nos se llevan bien entre ellos aunque se les ve bastante pacíficos. No tienen miedo al hombre, es como si no nos vieran ni nos tienen en su instincto de protección por lo que se les puedes ver nadar, andar, tomar el sol. Una experiencia inolvidable.
Hoy contratamos un treking a la Laguna Esmeralda. Es un paseo de cinco horas, tierra adentro, a través de un valle, entre bosques patagónicos, realmente de una sola especie de árbol familia de las hayas. Eramos los dos con un guía muy parlanchín que nos llevó por los senderos ocultos que penetran en terrenos pantanosos. Hemos podido comprobar el desastre de las castoreras. Hace unas décadas trajeron castores de Canadá para aprovechar las pieles y comerciar el amizcle. Finalmente se abandonaron todos esos planes de negocios imposibles pero los castores se quedaron e invadieron todos los ríos y cursos de agua. De cincuenta pasaron a más de 150 000. Están provocando un impacto ecológicos sin nombre. Talan árboles para construir sus presas para hacer sus madrigueras. Destrozan hectáreas de bosque para protegerse de unos depredadores que no existen aquí ya que no hay osos, ni pumas... El gobierno intenta incentivar a los fueguinos para que los cazen, pero no tienen mentalidad de cazadores así que se han convertido en una tritse atracción turística más, a diario hay salidas nocturnas para avistarlos.
Mañana ya partimos hacia Chile, es un viaje de doce horas hasta Punta Arenas





viernes, noviembre 17, 2006

Misiones - Brasil - Ushuaia




Escribimos desde Ushuaia, en el extremo sur de Argentina, ya en Tierra de Fuego, la ciudad más austral del planeta.
Antes de dejar Puerto de Iguazú, recorrimos la provincia de misiones, siguiendo el río Paraná que hace frontera con Paraguay. El objetivo era visitar la misión de San Ignacio Miní, una de las ruinas jesuíticas Patrimonio Mundial de la Humanidad que dan nombre a la región. Al no disponer de vehículo tuvimos que contratar una excursión que nos llevó hasta allí. Fueron muchas horas de autobús con un grupo poco empático, fue duro y pesado pero mereció la pena por poder acceder a la misión y conocer más sobre aquel extraño experimento de los jesuitas con los indios guaraníes. Las ruinas en si mismas son hermosas pero no queda mucho en pie. En cambio, la naturaleza es abrumadora, con las higueras estranguladoras que se comen las piedras, los altísimos árboles, el verdor reinante y el aplastante calor. ¡Qué sol y qué luz! Allí nos contaron que la siesta es de rigor y más que sagrada, aunque no tanto como el mate que beben todo el día, tanto caliente como helado (tereré). La gente va todo el día con el kit para confeccionarse un mate en cualquier sitio : termos con agua caliente, las bolsas con la "yerba", el cuenco, la pipa... Están enganchados, sino no tendría sentido cargar todo el día con tantos bártulos bajo el sol. Se turnan, se sientan y lo saborean con ganas, algo así como encenderse un cigarrito, pero líquido. En Misiones se encuentran las mayores plantaciones de mate de Argentina. Lo cosechan de unos arbusto y se consume en Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay, los llamados países materos. A lo largo de la carretera pudimos ver como parte de la selva paranaense ha sido sustituida por pinos canadienes y eucaliptos para la industría maderera y el paisaje ha sido modificado. Es uan sensación triste y extraña, porque aquellos árboles no encajan con el entorno de tierra roja e imaginamos que al sustituir la selva húmeda por estas especies foráneas habrá influido en los ciclos de sequía que sufre esta parte del mundo.
Al día siguiente teníamos el vuelo a Ushuaia via Buenos Aires por la tarde por lo que fuimos por la mañana temprano a Brasil para contemplar unas vez más las cataratas desde aquel lado. Nos hizo mucha ilusión pisar Brasil y estar unas horas allí, la frontera es muy fácil de pasar si es para pasar un día. No vamos a entrar en las conjeturas de si las cataratas son más bonitas desde un lado u otro, realmente se tienen que observar desde ambos. Quizás se vivan más desde Argentina y quizás las vistas panorámicas sean más grandiosas desde Brasil... Aconsejamos a quien las quiera visitar que lo haga desde las dos orillas ya que se complementan.
Llegamos al aeropuerto con mucha antelación y nos reubicaron en un vuelo anterior, mucho mejor, llegamos antes a Buenos Aires (2 horas). El aterrizaje en el Aeroparque (Jorge Newbery), el aeropuerto de vuelos locales de la capital porteña es precioso, vuelas sobre los rascacielos, recomendamos los asientos del lado derecho. El vuelo para Ushuaia era a las cinco y pico de la madrugada, teníamos que facturar sobre las tres y media, así que decidimos no dormir... Ay!!! Fuimos al cine, hicimos tiempo, paseamos, cenamos, cogimos la última lanzadera para Ezeiza (el mayor de los aeropuertos), deambulamos horas y horas con otros viajeros de vuelos nocturnos... Toda una prueba. De madrugada volamos rotos de cansancio, con el polvo de Brasil pegado a las zapatillas, las camisetas sudadas... Y al fin divisamos las nieves, el oceano gris perla tras casi cuatro horas de vuelo. Aquí una energía distinta nos esperaba, la sensación de estar lejos, muy lejos, en los confines del mundo, con 5º de temperatura y un fuerte viento.
Estamos alojados en un chalecito de madera, muy kitsh, es un Bed & Breakfast regentado por una señora mayor y su nieta. Hasta la taza del w.c. tiene encaje y es acolchada, es un lugar muy gracioso, bastante calentito y confortable. Mañana nos iremos a pasear solitos por los alredores (las montañas están nevadas) y a la tarde haremos el típico crucero por el canal Beagle para ver pinguinos etc. En las agencias de esta ciudad, ofrecen cruceros exclusivos para la Antártida (las fotos son impresionantes al igual que los precios, 3000 / 10 días, quedará para otra vez...) El lunes, ya tenemos los billetes de bus para seguir remontando nuestra ruta, esta vez en Chile (Punta Arenas, el estrecho de Magallanes...)


martes, noviembre 14, 2006

Iguazú


Llegamos a la provincia de Misiones, en el norte de Argentina, tras unas 17 horas de autobús. Salimos de la estación de Buenos Aires al atardecer y nos metimos en un lujoso autobús de 2 pisos, con asientos anchos y confortables que se convierten en camas. Tuvimos un azafato, cattering a bordo, cena, desayuno, pantallas planas, refrescos, vino, intimidad, exactamente con si viajaramos en la primera de un avión. 36 euros para 1200 kms, y en estas condiciones, no nos lo creíamos.

Puerto Iguazú es una pequeña localidad fronteriza, a orillas de los ríos Paraná e Iguazú. Desde un punto de la ciudad, se divisan en las otras riberas a Brasil y Paraguay. (Foz do Iguaçu y Ciudad del Este) Es una región subtropical, de tierra rojiza, muy boscosa y rodeada por un verde intenso en esta época del año. Hace una temperatura ideal y tenemos la suerte de verlo todo bajo un potente sol y un cielo completamente azul. Es un campamento base agradable y tranquilo para descubrir las cataratas de Iguazú y los alrededores.
Hoy, a primera hora de la mañana, cogimos (tomamos aquí!!!) un autobús hacia el parque nacional. Teníamos contratada una excursión que nos llevó por la selva y que nos embarcó en una lancha para acceder a las caídas de agua río arriba. Es sobrecogedor, llegar al pié de las cataratas y avistarlas tal y como se las aparecieron a Álvar Núñez Cabeza de Vaca en 1542. Nos metieron debajo de una caída, nos mojamos entre gritos y risas hasta amarrar enfrente de la isla de San Martín, justo entre Brasil y Argentina.
Es un espectáculo difícil de describir, habíamos visto muchas fotos de este lugar, pero hasta que no estás allí y lo oyes, lo hueles, lo sientes, no te puedes hacer una idea de la magia de este paraje. Es para dar gracias de estar vivo y poder vivirlo, de tener ojos para contemplar estos colores. A primera vista el río es dócil y manso, se ensancha sobre una vasta extensión de varios kilómetros, formando una laguna enmarcada por una selva esmeralda, entre pájaros y mariposas multicolores; y de repente cae en picado unas decenas de metros formando una de las cataratas más hermosas del mundo. Miden unos 2 kilómetros de punta a punta.
Desde el lado argentino, se pueden contemplar a través de un recorrido de pasarelas y senderos ofreciendo distintas perspectivas, desde arriba, abajo y a través.
Como colofón, un tren lleva a los visitantes hasta la parte superior de río y después se llega caminando sobre un puente hasta la Garganta del Diablo que engulle las aguas con gran fuerza. Se te corta la respiración, el sol crea unos arcos iris perfectos en el vapor de agua. Es ensordecedor y brutal. Ninguna creación humana se puede asemejar a este espectáculo de la naturaleza. Es difícil no sentir una emoción casi mística.
Mañana nos vamos a ir bordeando la frontera con Paraguay, a orillas del río Paraná para ver las ruinas de la misión jesuítica de San Ignacio Miní. El jueves, antes de volar hacia Ushuaia, iremos a ver el lado brasileño de las cataratas.
Ps : el hotelito donde nos alojamos (Casa Blanca, ver el link) es muy recomedable, barato, limpio, seguro y tranquilo.



domingo, noviembre 12, 2006

Buenos Aires II

Estamos al punto de salir de Buenos Aires, dirección al norte. Nos esperan 18 horas de autobús-cama. Atrás dejamos unos días de aclimatación y kilómetros y kilómetros de caminatas por toda la ciudad. Está haciendo un tiempo radiante, el cielo está totalmente azul y ya empieza a hacer algo de calor. Descubrimos los parques, la primavera que brota, la tranquilidad del fin de semana con los porteños que salen a hacer deporte, los restaurantes llenos desde por la mañana hasta la madrugada... Cruzando los parques desde Palermo donde nos alejamos, llegamos al barrio de la Recoleta con sus mansiones lujosas y arboladas, visitamos el Cementerio donde reposa Evita entre mausoleos, panteones, ángeles de piedra, el canto de los pájaros y las telarañas. Una imágen entre romántica, cinematográfica y un tanto tétrica. Allí es donde hemos visto más turistas. Aunque Argentina es uno de los destinos turísticos más en boga, no se ven tantos. Nos acercamos después a Puerto Madero, una zona portuaria recuperada y reconvertida en un largo paseo sobre los muelles con una marina con veleros y múltiples restaurantes. Tiene algo de Sidney, San Francisco, tuvimos una fuerte impresión de estar en el Nuevo Mundo, muy lejos de la vieja Europa. Bordeando Puerto Madero y por consiguiente, muy cerca del centro de Buenos Aires (para hacerse una idea se llega andando desde la Casa Rosada), se extiende una reserva natural protegida con una floral de marismas y grandes zonas verdes, hay caminos que llevan directamente al Río de la Plata que parecería el mar si no fuera por el color marrón rojizo de sus aguas que arrastran los sedimentos procedentes de las selvas. Es todo un lujo poder perderse en un ambiente tan natural, con las flores, las iguanas, los pájaros exóticos con el skyline asomando por encima de los árboles.
Como ya hemos comentado anteriormente, fuimos a ver 2 obras de teatro. La primera protagonizada por Cecilia Roth, "Días contados", una historia de una mujer porteña que de la noche a la mañana tiene que enfrentarse a su pasado y va viendo como el presente cambiará radicalmente su futuro. Es una comedia dramática, ácida y con un toque inequivocamente argentino... Un placer total!!! La otra obra es una adaptación bonairense de la obra catalana "El método Grönholm", con unas interpretaciones para dejarte sin aliento pegado a la butaca. Ha sido lo mejor que hemos hecho en estos días. Curiosamente, hay más oferta de teatro que de cine y las salas están repletas, la ciudad acoge muchísimos espectáculos y hay colas en las calles eperando las funciones.
Hoy domingo, hemos ido a San Telmo, el mejor día para conocer este barrio, donde se instala un rastro de anticuarios a lo largo de la calle Defensa. Es muy plácido, es más un Portobello londinense que un Rastro madrileño. Entre los puestos y las galerías, hay actuaciones callejeras muy divertidas, mucho tango y se come una parrillada criolla deliciosa por unos pocos pesos. A diario, nos damos el gusto de descubrir los vinos nacionales, existe una tradición bodeguera importante y una cultura del vino sorprendente. En comparación con los otros precios, los vinos no son tan baratos, pero por unos cinco euros en un restaurante, te sirven una botella de primera calidad.
PS : la pensión que aparece en el link donde nos hemos alojado tiene la ventaja de estar en el corazón de Palermo, pero para nuestros amigos viajeros, no la recomendamos porque los dueños hacen demasiadas fiestas y no dejan dormir a sus inquilinos.


viernes, noviembre 10, 2006

Buenos Aires

Tras una larguísimo viaje y unas trece horas de avión, llegamos anoche a Buenos Aires. Hemos cruzado por primera vez el ecuador en una avión abarrotado, en unos sillones estrechísimos y brindamos con el tintorro asqueroso que sirve Iberia. Las azafatas, las muy sargentas, han mantenido a raya a los pasajeros con un borderío digno de resaltar, las deben de entrenar en campos especiales para ser lo más desagradable posible y el resultado está muy conseguido. Gracias a la compañía de bandera española, ya se puede llegar al hemisferio austral como si fueras en autobús. Todo un logro. No importa, nos esperaba Buenos Aires con los brazos abiertos.
Estamos alojados en una pensión muy agradable, en pleno Palermo Viejo (Palermo Soho), un barrio bohemio, arbolado, tranquilo, algo excentrado y a pocas manzanas del metro. Por la noche, las terrazas se llenan, la gente pasea y los restaurantes sirven comida hasta la una o las dos de la madrugada. Aquí todo se monta con un gusto exquisito, cada bar, cada tienda tiene un diseño original, las luces están estudiadas y los porteños se sientan a tomar sus vinos y se ponen a hablar y hablar... Uno se pierde por las aceras y uno no sabe ya si está en París, Lisboa, el Trastevere o Greenwich Village. La ciudad tiene un olor muy especial, a parrilla, a carne, a carbón, a flores, a gasolina, a humedad. No es nada desagradable, es el aroma de la ciudad y te acompaña en cada esquina. La gente es muy amable y como físicamente podríamos ser perfectamente porteños no damos mucho la nota. Pero en cuanto hablamos, nos miran con simpatía y calidez, nos preguntan de donde venimos, se ponen a charlar fácilmente, nos ayudan. Buenos Aires es absolutamente hospitalaria y se trata al turista con educación y generosidad.
Por doquier, hay carteles que rezan : "el turismo es el motor de nuestra economía" o "aquí, el turista es bien recibido".
Llevamos ya unas cuantas horas pateándonos el centro, las infinitas avenidas y vamos absorbiendo todo lo que nuestros sentidos alcanzan. Es el primer país hispanohablante que visitamos y es graciosísimo enterarse de todo. Los argentinos hacen un uso continuo del lenguaje, lo modifican, lo ornamentan, son maestros de la retórica y es un placer oirles. Todo es léxico y hasta cualquier taxista usa el castellano con brillantez.
Paseando por la avenida Corrientes, el Broadway bonairense, nos hemos topado con decenas de salas de teatro. Aquí hay multiteatros, o sea, multisalas de teatro, como los multicines españoles, con varias funciones a la misma hora... Ya tenenemos entradas para ver esta noche a Cecilia Roth, en la obra "Días contados" (nada que ver con la película española homónima) y otras más para ver mañana "El Método Grönholm", la obra de teatro más premiada del año (2 noches del mejor teatro por tan sólo 10 euros la función en platea)
Para nosotros, aquí, la vida es barata. Un buen trozo de carne cuesta unos 3 euros, en un buen sitio, el metro cuesta 30 cent, el tábaco no llega a un euro, así que no se necesita un presupuesto holgado para poder disfrutar plenamente de la capital argentina. Hay multitud de librerías, cafés, snacks, cines, cibercafés, tiendas de ropa. Es una gran metrópoli y a pesar de sus dimensiones es relativamente abarcable teniendo en cuenta que en el área metropolitana viven cerca de 15 millones de personas.

miércoles, noviembre 08, 2006

Preámbulo


Hoy, los billetes de avión que llevan semanas aburridos encima de la tele parecen ponerse nerviosos .Por fin ha llegado su gran momento, mañana volamos a Buenos Aires. Madrid se osurece bajo una gran nube gris, tenemos la maleta a medio hacer y ultimamos los preparativos para el viaje. Nos espera Sudamérica, desde Iguazú hasta las tierras más australes del continente :El río Paraná, Tierra de Fuego, Patagonia, los Andes...
En este blog, iremos contando nuestras experiencias, impresiones y peripecias tal y como lo hemos venido haciendo en viajes anteriores (Véanse los links)