viernes, diciembre 08, 2006

Buenos Aires - Tigre


El bucle ya está cerrado, estamos de vuelta a Buenos Aires y volamos mañana a Madrid. Hoy es festivo y la ciudad se ha vaciado, no luce mucho Buenos Aires en puente, quizás más inhóspita, más dejada. Esta mañana hemos cogido un tren de cercanías hacia Tigre, una ciudad a 25 kms de la capital, a orillas del delta del Paraná. Es un lugar muy concurrido los fines de semana, hay un parque de atracciones, campings y lujosas villas, en las decenas de islas que conforman el delta, que contrastan con las barriadas pobres de los alrededores.
Para pasar el tiempo, nos estamos dedicando a descubrir algún que otro buen restaurante de la ciudad, es de lo mejor que se puede hacer aquí.
Aquí acaba este blog y nuestro intenso viaje, ¡hasta el próximo!

miércoles, diciembre 06, 2006

Ischigualasto - Talampaya





Desde San Agustín del Valle Fértil, a cuatro horas al norte de San Juan, apuramos las últimas horas antes de regresar a Buenos Aires ya que tenemos el vuelo de vuelta a Madrid el sábado al mediodía.
El Valle Fértil es el very far far west, una sierra verde, en medio de un desierto inhóspito, donde las carreteras en línea recta se píerden en el infinito y cruzan "pueblos" de cuatro casas azotadas por un fuerte viento caliente. Una nube húmeda y bochornosa se queda siempre atrapada sobre el valle, de ahí viene su peculiar sobrenombre.
Antes de llegar a San Agustín, nos habíamos puesto en contacto con una agencia local (recomendada por la oficina de turismo) para poder visitar Ischigualasto y un señor nos dijo que nos esperaría con un cartel a la llegada del autobús y así fue. Un viejecito delgado eperaba en el andén, con gestos nerviosos y una pinta de pocos amigos. Nos informó de los precios, nos llevó a una pensión y se plantó a la puerta de la habitación pidiéndonos que le confirmaramos cuándo queríamos hacer la visita. Por detrás la dueña del hostal cuchicheaba adviertiéndonos que no aceptaramos nada, que nos iba a cobrar demasiado... Estabamos exhaustos y menuda llegada. Resulta que dando una vuelta por el pueblo, nos asaltaron dos rubias para explicarnos que hicieramos caso del viejecito, que era un loco que descolgaba el teléfono en la agencia y que intentaba robarles los clientes. Al final, supimos que el viejito era el padre de ellas, que intentaba robarles los clientes. ¡Un cuadro!
Al final, fueron muy amables y más serias de lo que parecían y los únicos de San Agustín en proponer visitas a los parques (Ischigualato y Talampaya).
(Para el visitante, la agencia se llama Viajes Patricio y no hay que hacer caso cuando responda un señor con voz sospechosa)



Ischigualasto es conocido como el Valle de la Luna, por su paisaje árido, de formaciones rocosas de colores grises amarillos y rojos. Es un parque provincial declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO junto con el vecino Parque Nacional de Talampaya en la provincia de La Rioja. Es el único lugar en el mundo donde se encuentran restos fósiles y geológicos de los tres periodos del Mesozóico (Triásico, Jurásico y Cretáceo, esta era intermedia duró unos 160 millones de años, hace ya 250 millones de años, fue el momento de la aparicíon de los Dinosaurios, cuando aún los continentes estaban unidos, en lo que se venido a llamar Pangea.)En este primer parque hay una buena muestra de los restos arqueólogicos que se llevan a cabo en un entorno fabuloso, inmenso y con paisajes increíbles. El Parque de Talampaya es una enorme quebrada rojiza que afloró a la superficie de la tierra cuando se levantó la Cordillera de los Andes, hace 65 millones de años formando un cañón de paredes verticales esculpidas por la terrible energía telúrica de aquellos tiempos dando lugar a uno de los paisajes más hermosos de toda Argentina. A lo largo del recorrido, se pueden observar petroglifos indígenas de distintas culturas que habitaron esta zona (dede 2500 años atrás hasta la llegada de los españoles). En uno de los dibujos rupestres, se distinguen unos signos antropomórfos que podrían recordar a unos astronáutas. Desde el Valle Fértil, resulta bastante fácil llegar a aquellos parajes y se pueden visitar en un día apasionante. Son lugares que gozan de una protección excepcional y se visitan en convoyes esctrictos y regulados.
Mañana nos espera Buenos Aires donde pudimos reservar in-extremis un hotel a través de internet, ya que todos los hoteles, pensiones, hostels estaban completos por coincidir con el puente del ocho de diciembre.


lunes, diciembre 04, 2006

Barreal (Valle de Calingasta)





Barreal es un lugar apartado, en el extremo de una carretera complicada que pasa por barrancos, ríos y pueblos mineros, y sólo se llega tras cinco horas de precario autobús desde la capital de la provincia. Sólo hay una salida diaria al atardecer y pudimos contemplar un preludio de lo que nos esperaba, una puesta de sol espectacular sobre el desierto y la luna casí llena iluminando la nieves de las altas montañas en el horizonte.
Nos esperaba Carlos, de la Posada la Querencia donde dormimos por fin una noche entera asustados por el perfecto silencio que envolvía el Valle de Calingasta. Nos despertamos tras un sueño reparador, desde la ventana descubrimos el increíble decorado que nos iba a acompañar durante los tres días que hemos pasado allí : los Andes centrales con picos de más de 6000 metros, nevados, debajo de un cielo azul intenso y limpio. Adela nos tenía preparado un rico desayuno con deliciosas pastelerías caseras, mermeladas suculentas y un zumo de naranja recién exprimido, una maravilla. La Posada La Querencia es uno de esos lugares que sólo salen en la revistas. Allí todo son cuidados, camas inmensas, sábanas del mejor algodón, vigas de madera, grandes ventanales con vistas de película y unos dueños que te acojen con la mayor de la simpatías y que se desviven para que estés a gusto, sin nunca ser pesados, con conversación y gusto, en fín es un lugar que recordaremos con especial cariño y que recomendamos encarecidamente.Barreal es un oasis, una mancha verde entre los Andes y el desierto de la Precordillera. Allí no llueve nunca, reciben las primera aguas que descienden de las montañas y gracias a un ingenioso sistema de irrigación y acequias heredadas de los Incas, crecen álamos, sauces llorones, cultivos de hortalizas, pastizales, en una franja estrecha que se alarga varios kilómetros. Es un pueblo muy tranquilo, apacible con una gente que vive ajena al estress de la vida moderna. No hay internet, hay pocos coches, los niños van al cole en bicicleta, nunca cierran las puertas con llave, lugar idóneo para un retiro.
Cada tarde, en esta época del año, llegan unas nubes altas que se iluminan con los rayos de un sol que ya se ha escondido tras las montañas y se van tornando de colores fluorescentes, amarillos,rojos, fucsias,naranjas adoptando formas excéntricas y caprichosas.
Hicimos un par de buenos paseos, uno con el Sr Kümmel, un andinista retirado que nos llevó hasta "Los Hornillos", un refugio verde al final de un cañón donde se divisa perfectamente el Cerro Aconcagua, la montaña más alta de América, un monstruo de roca y nieves eternas . Tras un buen paseo por el río de los Patos totalmente sólos, el Sr Kümmel nos esperaba con una parrillada suculenta con una ingente cantidad de carne regada por un buen vino sanjuanino (la mejor parrillada que hemos probado, y van unas cuantas)
También salimos a cabalgar por unos riscos colorados al otro lado del valle donde se pueden ver unos petroglifos que los incas dejaron en el camino que recorría de norte a sur toda la cordillera y que servía de vía de comunicación e intercambio entre las distintas culturas precolombinas. Todavía existe el trazado de este sendero utilizado durante generaciones : "El caminito del Inca".
Tras unos días de paz y tranquilidad en los que el tiempo parecía haberse detenido, emprendimos la marcha hoy, muy de madrugada, a las cuatro de la mañana sale diariamente el único transporte para San Juan. Adela nos tenía preparado un buen café y unos sandwiches para el camino deseándonos "suerte".
Ahora nos vamos a San Agustín del Valle Fértil para visitar el parque de Ischigualasto, el "Valle de la Luna" aprovechando que hoy es luna llena, un momento perfecto para realizar un paseo nocturno por las extrañas formaciones rocosas.