jueves, noviembre 30, 2006

San Juan



Aprovechamos un alto en el camino para colgar un par de fotos. Llevamos más de vienticuatro horas viajando, rumbo norte. Paramos en Neuquén, una rica ciudad sin ningún interés, para seguir hacia Mendoza, capital de los vinos y de allí hasta San Juan, provincia donde vamos a estar estos días. Aún nos quedan cinco horas hasta llegar a Barreal. Recorrer Argentina requiere tiempo, aguante y paciencia. Son viajes larguísimos y agotadores. Entre cada ciudad no hay prácticamente nada, pampas, desiertos, montañas, carreteras con kilómetros y kilómetros sin nada, ni siquiera coches.
Las estaciones de autobuses parecen aeropuertos con decenas de conexiones, salas de espera, un sinfín de taquillas y compañías y sus consiguientes categorías : semi-cama, cama, super-cama o first class, depende del destino y de las horas de viaje. Desde Neuquén a Mendoza, no teníamos muchas opciones, sólo había semi-cama o cama. Optamos por cama, por supuesto, con una compañía que nos ha bombardeado toda la noche con películas de guerra ultra-violentas, Rambo III, Lágrimas del Sol, y otra que vimos entre incómodos sueños, el volumen estaba a tope y la pantalla en nuestras narices, para colmo estábamos en frente de la cabina del baño; el vaivén de los pasajeros y un apestoso olor cada vez que se abría la puerta... Esperábamos ansiosos que nos sirvieran la cena (más o menos al finalizar Rambo III), pero cuál fue nuestra decepción al abrir la bandejita de aluminio, nos vino encima un olor a vómito y comida revenida que no probamos. Menos mal que nos dieron vino y un whisky para quedarnos fritos .
Ahora estamos en San Juan, esperando al siguiente bus esta tarde, deben de hacer unos 35° a la sombra, es una ciudad bastante agradable, con muchos árboles y plazas, paseos con un cierto toque a España en agosto. Nos vamos para Barreal, una aldea frente a la Cordillera de los Andes donde estaremos tres días enteros allí en una posada que tiene piscina para disfrutar de los alrededores, del paisaje y de las noches estrelladas (en esta zona hay un observatorio astronómico de los más importantes de América porque hay un cielo muy claro unos 270 días al año). Hemos venido a esta zona del país por estar "más o menos" en la ruta de vuelta a Buenos Aires, no teníamos previsto llegar hasta aquí, llevamos unos días improvisando nuestro camino, discutiendo entre nosotros cuál será nuestro destino, mareando la lonely planet que no nos está siendo de gran ayuda esta vez...y llamando a teléfonos de guías, oficinas de turismo...y gracias a Dios siempre está internet que no falla!. La verdad es que estamos contentos de cómo está saliendo, quizás hayamos dejado de lado algunos puntos claves de las rutas clásicas, pero el dejar los circuitos tradicionales y las colas de turistas tiene su recompensa.

1 comentario:

Jorge Ramiro dijo...

Mas alla de cual sea el destino, es un placer poder recorrer diferentes lugares y disfrutar de su gente. Hace poco regrese de estar unos días en un alojamiento puerto iguazú y la verdad pude conocer un destino maravilloso que lo recomiendo