viernes, noviembre 17, 2006

Misiones - Brasil - Ushuaia




Escribimos desde Ushuaia, en el extremo sur de Argentina, ya en Tierra de Fuego, la ciudad más austral del planeta.
Antes de dejar Puerto de Iguazú, recorrimos la provincia de misiones, siguiendo el río Paraná que hace frontera con Paraguay. El objetivo era visitar la misión de San Ignacio Miní, una de las ruinas jesuíticas Patrimonio Mundial de la Humanidad que dan nombre a la región. Al no disponer de vehículo tuvimos que contratar una excursión que nos llevó hasta allí. Fueron muchas horas de autobús con un grupo poco empático, fue duro y pesado pero mereció la pena por poder acceder a la misión y conocer más sobre aquel extraño experimento de los jesuitas con los indios guaraníes. Las ruinas en si mismas son hermosas pero no queda mucho en pie. En cambio, la naturaleza es abrumadora, con las higueras estranguladoras que se comen las piedras, los altísimos árboles, el verdor reinante y el aplastante calor. ¡Qué sol y qué luz! Allí nos contaron que la siesta es de rigor y más que sagrada, aunque no tanto como el mate que beben todo el día, tanto caliente como helado (tereré). La gente va todo el día con el kit para confeccionarse un mate en cualquier sitio : termos con agua caliente, las bolsas con la "yerba", el cuenco, la pipa... Están enganchados, sino no tendría sentido cargar todo el día con tantos bártulos bajo el sol. Se turnan, se sientan y lo saborean con ganas, algo así como encenderse un cigarrito, pero líquido. En Misiones se encuentran las mayores plantaciones de mate de Argentina. Lo cosechan de unos arbusto y se consume en Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay, los llamados países materos. A lo largo de la carretera pudimos ver como parte de la selva paranaense ha sido sustituida por pinos canadienes y eucaliptos para la industría maderera y el paisaje ha sido modificado. Es uan sensación triste y extraña, porque aquellos árboles no encajan con el entorno de tierra roja e imaginamos que al sustituir la selva húmeda por estas especies foráneas habrá influido en los ciclos de sequía que sufre esta parte del mundo.
Al día siguiente teníamos el vuelo a Ushuaia via Buenos Aires por la tarde por lo que fuimos por la mañana temprano a Brasil para contemplar unas vez más las cataratas desde aquel lado. Nos hizo mucha ilusión pisar Brasil y estar unas horas allí, la frontera es muy fácil de pasar si es para pasar un día. No vamos a entrar en las conjeturas de si las cataratas son más bonitas desde un lado u otro, realmente se tienen que observar desde ambos. Quizás se vivan más desde Argentina y quizás las vistas panorámicas sean más grandiosas desde Brasil... Aconsejamos a quien las quiera visitar que lo haga desde las dos orillas ya que se complementan.
Llegamos al aeropuerto con mucha antelación y nos reubicaron en un vuelo anterior, mucho mejor, llegamos antes a Buenos Aires (2 horas). El aterrizaje en el Aeroparque (Jorge Newbery), el aeropuerto de vuelos locales de la capital porteña es precioso, vuelas sobre los rascacielos, recomendamos los asientos del lado derecho. El vuelo para Ushuaia era a las cinco y pico de la madrugada, teníamos que facturar sobre las tres y media, así que decidimos no dormir... Ay!!! Fuimos al cine, hicimos tiempo, paseamos, cenamos, cogimos la última lanzadera para Ezeiza (el mayor de los aeropuertos), deambulamos horas y horas con otros viajeros de vuelos nocturnos... Toda una prueba. De madrugada volamos rotos de cansancio, con el polvo de Brasil pegado a las zapatillas, las camisetas sudadas... Y al fin divisamos las nieves, el oceano gris perla tras casi cuatro horas de vuelo. Aquí una energía distinta nos esperaba, la sensación de estar lejos, muy lejos, en los confines del mundo, con 5º de temperatura y un fuerte viento.
Estamos alojados en un chalecito de madera, muy kitsh, es un Bed & Breakfast regentado por una señora mayor y su nieta. Hasta la taza del w.c. tiene encaje y es acolchada, es un lugar muy gracioso, bastante calentito y confortable. Mañana nos iremos a pasear solitos por los alredores (las montañas están nevadas) y a la tarde haremos el típico crucero por el canal Beagle para ver pinguinos etc. En las agencias de esta ciudad, ofrecen cruceros exclusivos para la Antártida (las fotos son impresionantes al igual que los precios, 3000 / 10 días, quedará para otra vez...) El lunes, ya tenemos los billetes de bus para seguir remontando nuestra ruta, esta vez en Chile (Punta Arenas, el estrecho de Magallanes...)


1 comentario:

Anónimo dijo...

Error, la ciudad mas austral es puerto williams no ushuaia